Estimulación ovárica, así son los nuevos protocolos que mejoran el tratamiento de FIV

La estimulación ovárica es uno de los pasos más importantes de la Fecundación in Vitro y, afortunadamente, uno de los que más ha evolucionado en la última década.

El desarrollo de nuevos fármacos para reclutar folículos y recuperar ovocitos, así como la actualización de los protocolos de empleo, han aportado seguridad y calidad al tratamiento de FIV. Pero estos no son los únicos avances que se han llevado a cabo en este procedimiento. En este post te contamos los pasos de gigante que hemos dado en la estimulación ovárica.

¿En qué consiste la estimulación ovárica?

La estimulación ovárica es un proceso mediante el cual se administra medicación hormonal controlada para promover el crecimiento y la maduración de múltiples folículos en los ovarios de la mujer. En condiciones naturales, generalmente solo uno de estos folículos alcanza el desarrollo necesario para liberar un óvulo maduro durante el ciclo menstrual. Sin embargo, en tratamientos de Fecundación in Vitro, se busca obtener varios óvulos simultáneamente con el objetivo de aumentar las probabilidades de fecundación y, por ende, de embarazo.

Los principales fármacos usados para la estimulación contienen hormonas como la FSH (hormona foliculoestimulante) y, en algunos casos, la LH (hormona luteinizante) o análogos, según la situación clínica de cada paciente.

“Actualmente contamos con diversos protocolos de estimulación ovárica que pueden atender a distintas mujeres de forma individualizada. El avance en la predicción de la reserva ovárica por biomarcadores nos ha permitido conocer previamente la capacidad de respuesta ovárica de cada paciente y, a partir de ahí, construir un protocolo de estimulación personalizado para sus necesidades, además de estimar su respuesta cuantitativa y delimitar mejor su pronóstico”, explica el Dr. Fabio Cruz, director del Curso Avanzado en Estimulación Ovárica y Transferencia Embrionaria en IVI Education.

 

Mejora del éxito reproductivo

La estimulación ovárica en nuestros días ya no es un peligro como lo era hace 25 años donde la hiperestimulación podía suponer un problema grave para las pacientes y para su proyecto reproductivo.

“Ahora no solo sabemos cómo estimular con precisión a la paciente, sin correr grandes riesgos, sino que, además, tenemos información sobre el impacto de la estimulación en la receptividad endometrial, lo que nos permite poner especial atención en la transferencia embrionaria y en la preparación del endometrio, mejorando el resultado del tratamiento reproductivo”, añade el Dr. Cruz.

 

Principales tipos de protocolos de estimulación ovárica

Aunque existen múltiples variantes, los protocolos de estimulación ovárica más utilizados se agrupan en tres grandes categorías:

Protocolo largo con agonistas de GnRH

Hasta hace una década era el más empleado. Consiste en la administración previa de agonistas de GnRH para lograr una supresión hipofisaria completa antes de iniciar la fase de estimulación con gonadotropinas.

  • Ventaja: Evitar picos de LH no controlados y coordinar con precisión la respuesta folicular.
  • Desventaja: Puede prolongar el tratamiento y a veces se asocia a mayores efectos secundarios.

Protocolo corto con antagonistas de GnRH

Actualmente, es uno de los protocolos más populares. Inicia la estimulación ovárica directamente con gonadotropinas, y se añaden antagonistas de GnRH en la fase intermedia para prevenir la ovulación prematura.

  • Beneficio principal: Menor duración del tratamiento, disminución de riesgos de hiperestimulación y monitorización más sencilla.
  • Otro punto a favor: Es especialmente útil para pacientes con buena reserva ovárica o aquellas con riesgo elevado de hiperestimulación.

Protocolo de supresión con progestágenos (protocolo de fase lútea)

Se ha incorporado de forma más reciente y adquiere relevancia debido a su simplicidad y comodidad para la paciente:

  • Emplea medicación oral (progestágenos) para inhibir la ovulación natural y permitir un reclutamiento folicular adecuado.
  • Requiere menos ecografías de control durante la fase intermedia de estimulación, lo que facilita la logística del tratamiento.
  • Flexibilidad en el diseño de la fase de estimulación, similar a los protocolos cortos con antagonistas de GnRH.

“El objetivo de la formación sobre estimulación ovárica es actualizar y preparar a los profesionales que se dedican a la medicina reproductiva para afrontar la diversidad de pacientes y situaciones que encontramos en nuestra práctica clínica diaria. La principal misión de este curso es dar a conocer las mejores estrategias en cada situación, minimizando complicaciones y optimizando los resultados” explica el director del curso. “Adicionalmente se ofrecerá una actualización sobre las estrategias más adecuadas de preparación endometrial para la transferencia embrionaria”, concluye el Dr. Cruz.

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