La edad paterna en la medicina reproductiva: impacto genético real y percepciones erróneas
Durante mucho tiempo, la atención sobre la fertilidad y los riesgos genéticos asociados a la edad se ha centrado casi exclusivamente en la mujer. Sin embargo, a medida que se profundiza en la comprensión de la genética reproductiva, surgen nuevas evidencias sobre el papel de la edad paterna y su impacto en la salud embrionaria. Aunque los riesgos existen, también es importante contextualizarlos correctamente para evitar alarmas innecesarias.
La edad materna vs. la edad paterna
La literatura científica ha establecido de forma clara que la edad materna avanzada está relacionada con una mayor incidencia de aneuploidías, menor tasa de implantación y mayor probabilidad de aborto espontáneo. Esta relación ha sido ampliamente estudiada y forma parte de los protocolos de reproducción asistida.
Por el contrario, los efectos de la edad paterna avanzada han sido menos explorados, aunque en los últimos años han ganado atención. La revisión de estudios presentada por el embriólogo Fernando Bronet (IVI Madrid) en la 10ª Reunión Nacional de Grupos de Interés de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) abordó este aspecto con un enfoque riguroso y actualizado.
Mutaciones de novo
El envejecimiento del esperma se ha asociado a un aumento de las mutaciones de novo, es decir, aquellas que aparecen por primera vez en el gameto masculino y que no están presentes en el ADN de los progenitores. Estas mutaciones pueden estar relacionadas con enfermedades raras como la acondroplasia, síndrome de Apert o de Costello.
Sin embargo, el riesgo absoluto sigue siendo bajo ya que se estima en menos del 0,5% en varones mayores de 40 años. Esto significa que, aunque existe un riesgo aumentado, su probabilidad real es baja, sobre todo cuando se compara con los riesgos derivados de una edad materna avanzada.
"La edad materna sigue siendo el principal factor limitante en fertilidad y salud embrionaria, pero es importante no obviar el papel del varón en la carga genética de la descendencia"
Esta afirmación, compartida por Bronet durante su intervención, resume la postura del grupo de expertos: no se trata de alarmar, sino de tener en cuenta todos los factores a la hora de planificar un tratamiento reproductivo.
Aneuploidías y calidad espermática
Con el paso del tiempo, también se ha observado un ligero aumento en la tasa de aneuploidías embrionarias relacionadas con la edad paterna. Este riesgo se ve potenciado especialmente cuando la mujer también presenta una edad avanzada, lo que indica que los efectos no deben analizarse de forma aislada.
La calidad espermática, medida por parámetros como la movilidad, morfología y concentración, también puede deteriorarse con la edad. Sin embargo, gracias a las técnicas actuales de selección espermática, estos factores pueden ser parcialmente corregidos en el laboratorio.
Implicaciones en el asesoramiento genético
Los especialistas recomiendan incluir la edad del padre en el consejo genético, especialmente en casos de:
- Reproducción asistida.
- Historial familiar de enfermedades monogénicas.
- Parejas con varios fallos de implantación.
La incorporación de pruebas como el cariotipo, la fragmentación del ADN espermático o incluso la secuenciación del genoma completo podría mejorar la detección de riesgos genéticos asociados a la edad avanzada del varón.
Realidad clínica vs. percepción social
Existe una tendencia social a minimizar el impacto de la edad masculina en la fertilidad, mientras que la edad femenina suele estar muy vigilada. Esta percepción desequilibrada no solo afecta a la toma de decisiones, sino que también puede retrasar diagnósticos o tratamientos importantes.
Una comunicación clara, basada en evidencia científica, permite que las parejas puedan tomar decisiones reproductivas informadas, sin alarmismo, pero con conocimiento.
Por concluir, la edad paterna avanzada tiene implicaciones genéticas que deben considerarse en contextos clínicos específicos. Aunque los riesgos no son comparables a los de la edad materna, no deben ignorarse. La medicina reproductiva avanza hacia una visión más personalizada y multidisciplinar, donde cada factor cuenta.
Desde centros especializados como IVI y plataformas formativas como IVIRMA Global Education se promueve una formación continua basada en evidencia, donde el papel del varón en la salud reproductiva es parte esencial del conocimiento clínico actual.
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