“Uno de los interrogantes de la medicina reproductiva es cómo y cuándo preservar la fertilidad de los pacientes transgénero”, Dra. Joana Peñarrubia

Con la entrada en vigor de la ley trans, que confiere a las personas transgénero el derecho a preservar su fertilidad antes de llevar a cabo el cambio de género, los especialistas en medicina de la reproducción se plantean algunas preguntas sobre el abordaje multidisciplinar de la fertilidad en este colectivo.

Hasta la fecha, las recomendaciones médicas venían de las sociedades científicas americanas y europeas, las cuales han ido elaborando sus guías a medida que han ido incorporando historias de pacientes y llevando a cabo preservaciones de fertilidad desde la pubertad hasta la edad adulta.

El pasado mes de marzo se celebró por primera vez en España el I Campus SEF sobre la fertilidad en pacientes transgénero, coordinado por la Dra. Joana Peñarrubia, ginecóloga de IVIRMA y miembro del Grupo de Interés de Endocrinología de la SEF. “Algunas de las preguntas que nos hacemos la comunidad médica sobre la preservación giran alrededor sobre las terapias hormonales, si verdaderamente producen infertilidad a largo plazo o solo impiden la función reproductiva durante la ventana del tratamiento”, advierte la especialista. “También nos preguntamos si en la pubertad o en la adolescencia es idóneo preservar corteza ovárica u ovocitos, dada la agresividad de la primera y la reducida fertilidad que tienen los óvulos hasta los 18 años”, añade la doctora.

En busca de un consenso sobre la preservación

Esta primera cita sobre fertilidad en pacientes transgénero reunió en Zaragoza a un total de 150 especialistas en medicina reproductiva que escucharon a colegas de todas las áreas médicas por las que pasan los pacientes trans, desde la pediatría hasta la consulta de endocrinología, pasando por la de psicología.

El debate central de la cita giró en torno a la preservación de la fertilidad. Aunque la literatura científica sobre fertilidad en personas trans es todavía muy escasa, se sospecha que la terapia hormonal es nociva para la fertilidad y, por tanto, la preservación de la fertilidad es necesaria para que las células reproductoras no pierdan su capacidad reproductiva. Sin embargo, hay una discordancia entre el derecho a realizar la reafirmación de género de manera temprana en la adolescencia y garantizar la efectividad de la preservación en niños y adolescentes.

“La calidad de los óvulos por debajo de los 18 años es baja, lo sabemos desde hace años porque disponemos de estudios internacionales sobre la capacidad reproductiva antes y después de esta edad, por lo que preservar ovocitos antes de los 18 podría no garantizar el derecho de los pacientes de conservar su capacidad para gestar tras la reafirmación de género, por lo que lo ideal sería hacerlo de los 18 años en adelante”, departían los especialistas en consenso sobre un tema que les preocupa porque es una novedad en la consulta que tratan de protocolizar para cumplir con el colectivo trans, con la ley y con su labor médica.

La capacidad reproductiva en pacientes adolescentes es muy limitada. Además de que los ovocitos no maduran de manera óptima, dan lugar a una cantidad mayor de embriones aneuploides o con problemas cromosómicos. “Si sumamos a esta circunstancia la posibilidad de dar terapia hormonal desde la pubertad para llevar a cabo el cambio, podemos encontrarnos con un problema reproductivo o incluso en la descendencia en el futuro, pues tampoco sabemos cuál es el efecto de esta terapia, tanto en el futuro padre como en el futuro bebé”, departían los especialistas durante la puesta en común del manejo del paciente.

Los desafíos reproductivos en adolescentes y mujeres trans

Aunque para las mujeres trans es mucho más fácil preservar su fertilidad desde el punto de vista médico, “la realidad es que muchas son reacias a practicar la estimulación para conseguir el eyaculado y así el esperma, por el rechazo que algunas personas sufren hacia su físico antes de llevar a cabo la reafirmación de género” advirtieron algunos especialistas. Para estos casos, la comunidad médica puso de manifiesto la importancia de tratar cada caso de manera individual, para poder valorar si es necesaria una recuperación espermática mediante una biopsia testicular.

En cualquiera de los casos, una gran laguna detectada y abordada en el campus es la condición de que la preservación de la fertilidad sea para un uso autólogo de los gametos, dejando fuera de la sanidad pública la posibilidad de que las parejas compuestas por miembros CIS y Trans puedan tener una maternidad y paternidad compartida, sin que el hombre tenga que gestar.

“La ley ha tenido en cuenta aspectos que otorgan amplían los derechos de las personas transgénero, pero ha dejado flecos que son importantísimos para que, además de garantizar su fertilidad, estos pacientes se sientan cómodos en sus procesos vitales tras la reafirmación de género. Habrá hombres que no desearán embarazarse, entre otras cosas porque tendrán que suspender su terapia hormonal y, sin embargo, no tendrán la posibilidad de llevar a cabo una fecundación in vitro con sus óvulos con transferencia al útero de su pareja en la sanidad pública, como ahora mismo se hace en parejas de lesbianas en la sanidad privada, mediante el método ROPA”, concluían los expertos.

Próximos pasos en el manejo de la fertilidad de las personas transgénero

El Campus SEF para el manejo multidisciplinar de la fertilidad en personas transgénero fue sido la primera reunión científica en torno al abordaje de la preservación de la fertilidad en los pacientes transgénero en España. Su coordinadora, la Dra. Peñarrubia, a la finalización del evento, hizo hincapié en “la necesidad de generar una guía clínica, crear una Unidad Multidisciplinar para el abordaje del paciente transgénero y así poder ofrecer al paciente terapias seguras y garantizar sus derechos reproductivos”.

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