“En la desvitrificación es fundamental el tiempo en el que el embrión reabsorbe el agua y se expande” Marcos Meseguer, embriólogo de IVIRMA

El Dr. Marcos Meseguer, supervisor científico y embriólogo de IVI, acaba de presentar en el 10th International IVIRMA Congress un trabajo retrospectivo sobre una muestra de 511 blastocistos desvitrificados.

El principal objetivo fue describir las variables implicadas en la dinámica morfológica de los blastocistos vitrificados y posteriormente desvitrificados, durante el periodo de tiempo entre la desvitrificación y la transferencia embrionaria, en un intento por comprender mejor el procedimiento de reexpansión del embrión.

En el trabajo, el grupo de investigadores liderados por el Dr. Meseguer, evaluó la dinámica post desvitrificación de los embriones para predecir el potencial de implantación de los blastocistos desvitrificados mediante el uso de Redes Neuronales Artificiales (RNA) basadas en Inteligencia Artificial (IA), concluyendo que “el tiempo en el que el embrión reabsorbe el agua y se expande es fundamental para conocer su potencial implantacional”.

La IA es la clave en la observación del embrión para su selección

“Estamos trabajando en un algoritmo de IA que estudia el comportamiento del embrión desde que se desvitrifica hasta que se transfiere, que tiene una duración de unas 4 horas aproximadamente.  Así, la IA nos muestra que un embrión que inicia su expansión de manera precoz (cuando el tiempo medio de expansión es de 50 minutos) y realiza este proceso de forma rápida, adquiriendo una superficie superior a los 0,14 milímetros cuadrados, puede llegar a implantar hasta un 30% más que un embrión que se expande más tarde y lento durante esas primeras 4 horas de vida. La IA nos permite así identificar embriones que, aunque muestren buena morfología, tienen baja probabilidad de implantar porque al desvitrificarse, o han tardado mucho en expandirse o se han expandido muy poco”, explica el Dr. Meseguer.

Cuando se vitrifica el embrión, este queda en estado inerte, al retirarle el agua es como si el tiempo se detuviera y el embrión puede permanecer años así sin que el tiempo repercuta negativamente en su calidad. Cuando se desvitrifica vuelve el agua a su estructura, que entra poco a poco y no en todos los embriones lo hace de la misma manera. Este proceso de entrada de agua y salida del anticongelante no lo realizan todos los embriones igual, ni todos comienzan al mismo tiempo. Y ese fue el punto de partida del trabajo de los investigadores.

Más del 60% de los blastocistos reexpandidos implantan exitosamente

“Hemos visto que aquel embrión en el que antes empieza a entrar el agua presenta mejor pronóstico. Y a aquel embrión que se expande más rápidamente le va a ir mejor que a aquel que se expanda más lentamente. Esto nos lleva a correlacionar la reexpansión de los blastocistos desvitrificados con sus posibilidades de implantación. Así, más del 60% de los blastocistos reexpandidos implantaron exitosamente, frente al 6% de los que no se reexpandieron tras la desvitrificación”, advierte el Dr. Meseguer.

Podemos concluir de esta manera que el análisis mediante Inteligencia Artificial de la dinámica de blastocistos vitrificados y desvitrificados podría ser útil para predecir su potencial de implantación. Por tanto, el uso de modelos predictivos en ciclos vitrificados podría evitar la transferencia de embriones vitrificados con baja tasa de éxito. No obstante, las correlaciones observadas y el algoritmo propuesto deben validarse en un ensayo prospectivo para evaluar su eficacia.

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