¿Podemos predecir el latido cardíaco fetal en blastos vitrificados mediante IA?

Marcos Meseguer

En los últimos 30 años la medicina reproductiva ha avanzado tan rápidamente que se me hace difícil compararla con cualquier otra área. La especialidad se ha mostrado imparable desde todos los ámbitos: diagnóstico, tratamiento, pronóstico, resultados… todo ha mejorado gracias a muchos factores, pero el principal ha sido el de la voluntad de querer hacerlo apoyándonos en todo lo que la tecnología nos ha ido brindando hasta el momento.

En mi campo, que es el de la selección embrionaria, puede que los cambios y los avances hayan sido tan magnos que podríamos estar hablando de un nuevo paradigma que muy poco tiene que ver con el de principios de siglo, cuando estábamos tonteando todavía con los sistemas de incubación timelapse y descartando un buen puñado de criterios de selección que teníamos como infalibles e incuestionables.

La tecnología nos dio la oportunidad de ver adonde nadie había podido mirar antes y así es como descubrimos que los embriones tenían cosas que contarnos durante su evolución y extraer conclusiones de aquella observación nos llevó años, todos ellos de mejoras en las tasas de embarazo.

Si hay algo que ha caracterizado el avance en la selección embrionaria es que afortunadamente hemos estado casi siempre en el camino correcto. Pocos pasos en falso se han dado desde que comprendimos que observando el comportamiento del embrión a cada segundo, obtendríamos la clasificación que buscábamos.

La selección del embrión a transferir supone un punto de inflexión en los tratamientos reproductivos, ya que influye de manera importante en el resultado de la implantación y posterior desarrollo hasta conseguir un embarazo a término.

Son varios los parámetros que pueden analizarse para la selección embrionaria, y muchos los factores que pueden influir en esta elección. Y ahora que lo sabemos, estamos dedicándonos sin descanso a analizar el máximo de información para obtener las respuestas a todas las preguntas que nos van a llevar tarde o temprano a seleccionar solo los embriones que sabemos que implantarán en el 99% de los casos, si dependiera únicamente de ellos el éxito.

La Inteligencia Artificial es ahora aliada y oráculo. La predicción que nos ofrece nos permite hacernos todavía más preguntas con el ánimo de resolver cuestiones que nos permiten comprender la salud embrionaria como nunca antes lo habíamos hecho.

Teníamos una nueva pregunta: ¿Podemos predecir el latido cardíaco fetal en blastos vitrificados mediante IA y vídeos posteriores al calentamiento? La resolvimos y así es cómo hemos llegado a una nueva conclusión: la contracción embrionaria tiene un impacto negativo en el proceso de implantación, comprometiendo la viabilidad del embrión.

Este estudio, presentado en la 40 edición del congreso de la ESHRE se titula “Predicting fetal heartbeat in vitrified blastocysts through artificial intelligence analysis of post-warming images and videos”, y analiza la contracción y expansión de los embriones tras su desvitrificación como factor predictivo de la viabilidad embrionaria.

En él estudiamos 800 blastocistos vitrificados en un incubador time-lapse durante el periodo entre la desvitrificación y la transferencia, analizando los vídeos e imágenes obtenidas durante sus primeras 4 horas de desarrollo. De esta manera, comprobamos que aproximadamente el 60% de los embriones se contraen tras descongelar. Y de ellos, aquellos que presentan la contracción en los primeros minutos tras su descongelación suelen asociarse con mejores resultados tras su transferencia.

Cuando el embrión se contrae de manera tardía y levemente, hemos visto que las posibilidades de embarazo disminuyen un 5%. Pero si la contraccion es fuerte, sus posibilidades de dar lugar a un embarazo disminuyen más de un 15%.

Se trata de un estudio pionero que va un paso más allá en el análisis del embrión y su vuelta a la vida mediante el sistema time-lapse. Además, ofrece información novedosa y relevante para la identificación de parámetros específicos que permitan crear un programa fiable y robusto de selección de embriones desvitrificados.

Este hallazgo pone de manifiesto la importancia de continuar preguntándonos y observando, así como de continuar formando a nuestros equipos para que puedan cribar de la mejor manera y ofrecer a los pacientes las máximas garantías en cualquier tratamiento.

A lo largo de los últimos años, se ha consolidado la vitrificación como técnica ‘gold-standard’ para la criopreservación de embriones en cualquier centro de reproducción asistida, lo cual ha impulsado la necesidad de desarrollar unos criterios de selección más precisos y óptimos para la transferencia de blastocistos vitrificados. Así, los resultados de este estudio sugieren, una vez más, que la combinación de variables morfocinéticas y proteómicas, junto con la evaluación morfológica convencional, puede mejorar significativamente la predicción de resultados de transferencia de embriones desvitrificados.

¿Compartimos?

¿Quieres más información?