Preservación de la fertilidad: seguridad oncológica y expectativas realistas frente a la edad
La preservación de la fertilidad ha dejado de ser una técnica reservada para situaciones excepcionales y se ha convertido en una estrategia clave dentro de la medicina reproductiva moderna. Especialmente en pacientes oncológicos y mujeres que deciden postergar su maternidad, opciones como la vitrificación ovocitaria (VO) permiten conservar el potencial reproductivo con un enfoque seguro y personalizado.
Preservación de la fertilidad en pacientes oncológicos: una técnica segura y eficaz
La prioridad en pacientes con cáncer siempre será su tratamiento oncológico. Sin embargo, en los últimos años se ha acumulado una sólida evidencia que confirma que los procedimientos de preservación de fertilidad no interfieren negativamente con el pronóstico de la enfermedad, incluso cuando suponen un leve retraso en el inicio de la terapia.
La Sociedad Española de Fertilidad (SEF), a través de su Grupo de Interés en Preservación de la Fertilidad, ha reforzado este mensaje durante la 10ª Reunión Nacional celebrada en Valencia, con datos extraídos de programas pioneros como el del Hospital La Fe. La Dra. Jessica Subirá (IVI Valencia) destacó que:
- Hasta un tercio de las mujeres que superan un cáncer y desean ser madres consiguen el embarazo de forma natural.
- Una de cada siete pacientes preservadas termina utilizando los ovocitos o embriones criopreservados, lo que valida el esfuerzo preventivo como medida de seguridad reproductiva.
Estrategias hormonales adaptadas para tumores hormonodependientes
Uno de los grandes avances en este campo ha sido la implementación de protocolos de estimulación ovárica con inhibidores de la aromatasa, como el letrozol. Estos protocolos están especialmente indicados en pacientes con tumores hormonodependientes, ya que minimizan la exposición estrogénica durante la estimulación, sin incrementar el riesgo de recaída ni comprometer la supervivencia oncológica.
Este enfoque ha permitido que un número creciente de pacientes con cáncer de mama u otros tumores sensibles a hormonas puedan acceder a la preservación sin poner en riesgo su salud.
Preservación social de la fertilidad: una decisión cada vez más frecuente
Paralelamente, la preservación por motivos sociales ha cobrado fuerza como respuesta a los cambios socioculturales y económicos que han retrasado la edad de maternidad. No obstante, los especialistas advierten que es esencial mantener expectativas realistas.
Tal como señalaron los profesionales de la SEF durante la reunión:
"Aunque se trata de una herramienta eficaz para planificar la maternidad, no es una solución definitiva a la infertilidad asociada a la edad, ni al descenso de la natalidad. Su indicación es especialmente relevante en mujeres que ya han decidido que serán madres después de los 40 años”.
La probabilidad de éxito de la vitrificación ovocitaria depende fundamentalmente de la edad en el momento de la preservación y del número de ovocitos maduros criopreservados. Por ello, los especialistas insisten en realizar este procedimiento de forma preventiva, idealmente antes de los 35 años, cuando la calidad y cantidad ovocitaria son óptimas.
La VO no garantiza el embarazo, pero mejora las probabilidades
Preservar la fertilidad no asegura un futuro embarazo, pero sí aumenta significativamente las posibilidades de lograrlo en etapas más avanzadas de la vida reproductiva. A día de hoy, se considera que para alcanzar una tasa de éxito acumulada del 70-80% en mujeres mayores de 38 años, se deben vitrificar al menos 15–20 ovocitos maduros.
En mujeres jóvenes, la eficiencia de la técnica permite que la vitrificación de entre 8 y 12 ovocitos ya represente una cobertura razonable frente a futuros intentos de FIV.
Ventajas adicionales de la preservación temprana
- Mayor tasa de embarazo por ovocito descongelado.
- Reducción de la necesidad de donación de óvulos en el futuro.
- Más autonomía reproductiva sin presiones sociales ni biológicas.
- Capacidad de planificar la maternidad en función del proyecto vital y profesional.
Preservación en pacientes oncológicos: cuándo y cómo actuar
El momento ideal para iniciar el proceso de preservación es justo después del diagnóstico, pero antes del comienzo del tratamiento. Una evaluación urgente y coordinada entre oncólogos y especialistas en reproducción es esencial para:
- Diseñar protocolos personalizados según el tipo y estadio del cáncer.
- Evaluar si es necesario preservar ovocitos, embriones o tejido ovárico.
- Decidir si se puede aplicar estimulación convencional o modificada.
Incluso cuando no hay tiempo para una estimulación ovárica, la opción de criopreservación de tejido ovárico se mantiene como una alternativa viable, especialmente en niñas o mujeres prepuberales.
Formación continua y actualización científica
Para que todas estas estrategias sean accesibles y eficaces, es imprescindible que los profesionales se mantengan al día con la evolución científica y clínica del sector. Por ello, instituciones como IVI RMA Global Education impulsan programas formativos dirigidos a médicos, embriólogos y personal sanitario interesado en especializarse en fertilidad, oncología reproductiva y vitrificación.
Desde másteres hasta talleres prácticos, estas iniciativas tienen como objetivo mejorar la atención integral a pacientes con necesidades reproductivas complejas.
Por concluir, la preservación de la fertilidad es hoy una herramienta poderosa y segura tanto para pacientes oncológicos como para mujeres que desean posponer su maternidad. Su eficacia y su utilidad están ampliamente documentadas, siempre que se apliquen en el momento adecuado y con expectativas informadas.
Gracias a los avances en vitrificación ovocitaria, protocolos hormonales adaptados y el compromiso de los equipos médicos, miles de mujeres en todo el mundo están consiguiendo ser madres en sus propios términos. Y ese, sin duda, es el mayor éxito de esta estrategia preventiva: convertir el deseo de ser madre en una posibilidad real, incluso en circunstancias adversas.