Estrés y embarazo: ¿afecta el ánimo a la fertilidad?
La salud reproductiva puede verse afectada positiva o negativamente por muchos factores tales como:
- Edad paterna
- Nutrientes
- Ejercicio físico
- Obesidad
- Cafeína
- Etc.
¿Pero y el estrés? ¿Cuál es el efecto que tiene sobre nuestra fertilidad? Estrés y embarazo es muchas veces un binomio para las mujeres que se encuentran en un tratamiento de reproducción.
La pregunta definitiva es ¿afecta el ánimo a la fertilidad?
El estrés está cada vez más presente en las sociedades occidentales debido a factores sociales, tratamientos diagnósticos, insatisfacción, problemas económicos. Pero también debido a problemas puntuales, como es el de la imposibilidad de gestar de manera natural. Aun cuando la mujer o la pareja lo afronta y decide poner solución a su problema, también se desencadenan situaciones de estrés por tener que seguir pautas médicas para algo tan aparentemente sencillo o natural como debiera ser reproducirse.
Estrés y embarazo: SOS
El estrés es una reacción del organismo a cualquier cambio que requiere un ajuste en la respuesta física, mental o emocional que puede deberse a un cambio tanto positivo como negativo.
El estrés positivo nos mantiene alerta y motivados, mientras que, el negativo, puede degenerar en agotamiento y tensión. Si la respuesta al estrés por parte del sistema nervioso autónomo se vuelve crónica, tendrá consecuencias físicas y emocionales que derivarán en angustia, la cual puede producir:
- Dolores de cabeza
- Malestar estomacal
- Dolor en el pecho
- Desórdenes del sueño
- Disfunción sexual
- Etc.
En su forma más aguda, puede provocar:
- Depresión
- Ataques de pánico
- Ansiedad
Diversas investigaciones han demostrado que, aunque la fertilidad provoca estrés, el estrés no siempre provoca infertilidad. Normalmente, el estrés que sí tiene un efecto sobre la reproducción es el estrés crónico, que afecta al eje hipotalámico-pituitario-adrenal.
En la búsqueda del embarazo prolongada, puede darse cualquier tipo de estrés. Por tanto, es importante poder disponer de recursos como la consulta psicológica para poder hacer frente a la situación emocional que puede dificultar la gestación. Como os contábamos en este artículo sobre la psicología de la Reproducción Asistida, el 22% de las pacientes que se someten a tratamientos de reproducción asistida refieren ansiedad a lo largo del tratamiento.
El binomio estrés y embarazo también es cosa de hombres
El estrés parece afectar a los parámetros seminales, ya que afecta a los pulsos de hormona luteinizante (LH) y testosterona reduciendo la espermatogénesis y la calidad espermática.
En un estudio realizado por Yazawa y colaboradores (2000), se demostró que el estrés afecta a la función testicular en ratas con niveles altos de cortisol que inducirían la apoptosis de las células germinales, de Leydig y de Sertoli al tener éstas receptores para glucocorticoides.
En el caso de las mujeres, hay diversos estudios sobre el impacto del estrés en los resultados reproductivos. Aunque los resultados son dispares un estudio de Lynch en 2014 correlacionó los niveles salivares de a-amilasa, un biomarcador de estrés, con el tiempo necesario para conseguir un embarazo.
De hecho, las mujeres con niveles más altos eran más propensas a sufrir infertilidad. Lo mismo se encontró en otro estudio comparando los niveles de cortisol. Altos niveles de cortisol derivados de la ansiedad previa a la punción ovárica y la transferencia de embriones tienen como consecuencias tasas de embarazo más bajas (Massey et al., 2016).
¿Cuál es el papel del psicólogo en el tópico estrés y embarazo?
Es evidente que los pacientes con problemas de fertilidad sufren angustia, depresión, ansiedad, etc. Por tanto, las intervenciones psicológicas y el apoyo emocional son esenciales durante los tratamientos, ya que se ha visto que mejoran las relaciones maritales y aumentan la tasa de embarazo.
Es necesario que el gabinete psicológico fomente el optimismo, ya que ayuda a enfrentar las dificultades con ánimo y perseverancia.
El optimismo tiene un componente genético, pero también ambiental originado por el entorno infantil, la seguridad económica y la calidez en las relaciones paternas. Sin embargo, hay situaciones en las que puede disminuir de forma transitoria o prolongada.
Las personas optimistas tienen una actitud positiva hacia la vida mientras que las pesimistas tienen un enfoque negativo y dan por hecho que las situaciones van a salir mal.
Las personas pesimistas, en vez de afrontar estas situaciones estresantes, tratan de ignorarlas, evitarlas o distanciarse. Las emociones positivas están asociadas a un riesgo reducido a enfermedades crónicas, autoinmunes y a una supervivencia mayor al cáncer. Por tanto, fomentar este tipo de mentalidad como filosofía de vida es esencial para afrontar cualquier dificultad como lo es la infertilidad.
¿Quieres saber más sobre el papel del estrés en los tratamientos de infertilidad?
– Todo aquello que un Psicólogo debe saber sobre Reproducción Asistida
– Emotions in Assisted Reproduction Techniques: Counseling and Communicating with patients
– Prácticas personalizadas
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